lunes, 30 de julio de 2007

Primer Chico - ¿Cómo Empezó Todo?

"Cuando me pregunto cómo es que he llegado hasta aquí pienso en lo que hice, lo que no hice, lo que pude hacer, lo que estaba fuera de mi control, por lo que me dejé llevar." - M.A.

Hoy quiero platicarles acerca de un suceso que es clave en lo que respecta ha mi vida, mis gustos y preferencias sexuales. Alguna vez se han preguntado o se han puesto a pensar por qué son cómo son. Yo sí, y mucho. DE hecho, cuando quiero recordar por qué me gustan tanto los hombres pienso en lo que me sucedió y lo que vi para excitarme y decidirme ir por este camino. Pero lo esencial aquí es que yo les cuente a ustedes sobre mi primer chico, que si bien no fue mi primer amor, si fue mi primer modelo de placer. Es hora de que les cuente cómo comenzó todo.

En el verano de 2007, yo acababa de terminar la primaria y me estaba preparando para entrar a secundaria; casi no había tenido novias y no sabía muy bien cómo es que se podía tomar a chiste el ser gay. De hecho, en ocasiones había bromeado con mis amigos, pero no había pasado de eso. En fin, mi tío de México me invitó a pasar el verano con él y su familia. Cabe mencionar que mi tío es de clase media alta, igual que nosotros, por eso se va a pasear a varios lados y a cada rato está invitándonos a salir con él. Ya tenía rato que no iba a México (como tres años) y tenía muchas ganas de ir y disfrutar de una bella playa turística, a pesar de que vivo en un lugar con playa. Las vacaciones de este año eran a Cancún, un bello centro turístico del Caribe que se encuentra en la península de Yucatán.

Salí de Caracas en avión con destino a la Ciudad de México. Mi tío me recogió y tomamos otra avión, con rumbo a Veracruz, donde vive mi tío. Veracruz es un puerto del golfo y hay mucha actividad como en Puerto La Cruz. En fin, al día siguiente salimos rumbo a Cancún en carro. Fue un viaje larguísimo y ni siquiera llegamos ese día a Cancún, porque nos quedamos a dormir en una ciudad llamada Mérida.

Para ese tiempo recuerdo muy bien que se empezaron a poner muy pero muy de moda las sandalias-flipflops, sobre todo con una playera y el típico short de cuadros. Yo lo había empezado a notar en Venezuela y también cuando llegué a Veracruz lo noté, pero no hice mucho caso. Aunque les confieso que cuando era más chico tenía pensamientos recurrentes sobre pies, especialmente los de los hombres; no sé por qué pero me emocionaba más cuando un hombre andaba descalzo que cuando lo hacía una mujer. Hacía años que yo no tenía ese tipo de pensamientos, sobre todo porque no quería que nadie lo tomara a mal si es que se me salía decírselo a alguien. Pero esta moda, vino a resurgir una excitación que no sentía desde hace mucho. Y sabiendo lo que me iba a esperar en Cancún, decidí tomar un break y dejar de pensar por un momento en eso. "Si vine para acá, es porque quiero verle los pies a hombres guapos", pensé.


Cuando llegamos a Mérida estábamos muy hambrientos, así que después de llegar al hotel y dejar nuestro equipaje decidimos ir a comer a un restaurante que quedaba enfrente del hotel, en una plaza comercial que está abajo de otro hotel. Como mi tío se tardó por estar hablando con la recepción, lo esperamos afuera. En eso pasó una señora, habría estado como treintona, y un chico como de 20 a lo mucho vestido con una camisa verde, unos shorts khaki y, el calzado del placer, unas chanclas cafés de piel más o menos delgaditas. Aparte estaba guapo y por mí yo creo que me hubiera ido con él si es que viniera sólo, pero tuve que esperar e irme a comer con mi familia. No se por qué, pero por azares del destino cuando llegamos al restaurante y pedimos de comer lo vi a él y a la señora con la que iba de espaldas. Ellos ya estaban comiendo y era probable que terminaran de comer mucho antes que nosotros. Y como fue, ellos terminaron y nosotros nos quedamos.

Al día siguiente partimos rumbo a Cancún. Para salir de la ciudad tuvimos que recorrer algunas calles importantes y otras muy estrechas; el momento que más me gustó fue cuando por ir sonseando y ver hacia los lados vi a una pareja de jóvenes y el chico se parecía a uno de los que salían en la novela argentina "Chiquititas" como Tábano, y aparte traía unas chanclas negras delgaditas que me encantaron, ojalá hubiera podido correr tras él.



Tardamos en llegar, pero la espera fue bien recompensada. Por fin iba a poder estar descansando y olvidarme de mis preocupaciones y aparte que mejor forma de olvidarse de todo eso que observando el inmenso panorama de chicos guapos que Cancún te ofrece. Realmente me urgía llegar. Aunque al final la llegada a nuestro destino no fue como esperaba. Para colmo mi tío no encontraba el hotel donde tiene un tiempo compartido y todo el mundo se estaba quejando del hambre que tenían. Finalmente, malhumorados llegamos al hotel y nos instalamos en la villa. La villa estaba súper bien, dos recámaras, una sala de estar con televisión, cocina, frigobar en el cuarto; definitivamente lo que necesitaba. Pero no pude ni recostarme tantito porque tanto mi tío como mi tía nos estaban apurando. Yo estaba esperando, al igual que todos, que fuéramos a comer a un buen restaurante, pero por el simple hecho de comer terminamos en Vips, una cadena de restaurantes al parecer muy conocida en México.


Sin embargo, al llegar no nos atendieron bien. Tardaron para colocarnos en una mesa, y aunque estaba casi lleno había mesas disponibles desde hace mucho tiempo. La mesa que nos dieron estaba sucia y tardaron en limpiarla. Pero en fin, ya que ordenamos decidimos relajarnos un rato y platicar a gusto. Fue justo en ese momento que entra en el restaurante un grupo de jóvenes adolescentes y sólo es uno de ellos el que recibe inmediatamente toda mi atención. Se trataba de un chico delgado con cuerpo perfecto más o menos atlético, de tez morena clara aunque la verdad pienso más que sólo estaba bronceado, de entre 14 y 15 años, vestía una playera naranja oscuro, unos shorts khaki y por supuesto, el calzado del placer, unas chanclas negras tipo flip-flops; creo que si hubiera tenido un poco más de conciencia de ropa en ese tiempo podría decir que marca era la ropa pero estoy seguro que se trataba de Abercrombie, Hollister o American Eagle. Aparte llevaba puestos lentes oscuros e iba cargando una mochila como de tela negra en la espalda y también llevaba una cámara en mano, parecía que él era el fotógrafo oficial del grupo. Súper guapo, súper seguro de sí mismo, esbozaba una sonrisa de confianza hermosa; él fue en sí mi primer y máximo crush hot-flip-flopper en ese año. Los demás del grupo eran principalmente chavas y otro chavo más, pero no me atrajo y aparte llevaba tenis.

Tan hermosa era mi fantasía que fue interrumpida cuando nos trajeron la comida y tuve que llevar mi atención a ella, que por cierto estaba horrible. Pedí una hamburguesa y me la trajeron toda fea y aparte la carne estaba como que cruda y no, horrible.




Con esa comida, obviamente tuve que dirigir mi atención a otra parte, ya saben a donde; mi hermoso hot flip-flopper y sus hermosos pies. Lo más intrigante para mí es que tuve tantas emociones encontradas que prácticamente al ver sus pies y chanclas me puse a analizar lo hermoso que era ese tipo de calzado y lo que me permitía ver. Los pies de los hombres son irresistibles para mí y lo comprobaba viendo sus pies, tan perfectos tan hermosos, no veía el momento en que decidiera quitarse las chanclas y empezar a jugar con ellas o sólo quedarse descalzo.

Volteaba a ver lo que hacía; charlaba con sus amigos, se reía, les enseñaba las fotos que había tomado en su cámara y yo atento en todo momento. Yo ya ni me percataba de lo que estaba pasando a mi alrededor, sólo me importaba una cosa, los pies de ese chico.

Me encantaría contarles a detalle cómo sucedió, en serio, con lujo de detalles:

1. Desde que entraron y se iban a sentar, él captó totalmente mi atención como si fuera por predisposición. Lo vi a él, sus pies, era perfecto. Mi amor de verano. No, me lo quería comer.

2. Cuando se sentó, no, no, no; me quería correr de sólo verlo a él de espaldas y me daba un plano perfecto de sus pies. Y en verdad, anhelaba estar en una cama y poderme masturbar con toda tranquilidad, era hermoso lo que estaba viendo.

3. En mi mente deseaba poder arrastrarme por el piso y llegar hasta la mesa donde estaba él y acercarme a sus pies sin que se diera cuenta. Olerlos, besárselos y hasta tocarlos. No, no, no que fantasía.

4. Lo mejor de todo es que como si él me escuchara empezó a hacer lo que yo más deseaba, quitarse sus chanclas y quedarse descalzo. Y lo hizo lento, paso a paso. Se empezó a deslizar su chancla lentamente y lo hacía inconscientemente porque él seguía platicando con sus amigos como si nada.

5. No aguantaba quería esos pies hermosos y bronceados, quería tocarlos y tenerlos aunque sea por un rato. Lo observaba, lo amaba por darme lo que quería. Sus chanclas eran negras pero no de las tradicionales, yo diría, ahora porque no me percaté en el momento, que debían ser o de Abercrombie o de Hollister o de American Eagle. La parte donde se meten entre los dedos parecía ser como de tela también negra. Quería de alguna forma tener también esas chanclas, pero sobre todo sus pies.

6. Lo veía tan detenidamente, esos pies que se deslizaban fuera de la chancla cada vez más y que me dejaba ver su hermosa planta lisa, perfecta, sin imperfecciones. Conforme avanzaba pude notar también sus dedos; hermosos, parecían bolitas chiquitas desde el ángulo donde los esta viendo. Pero que perfección.

7. Tan perfecto era el momento y de pronto me quedé y me pregunté a mí mismo si estaba viendo bien; tenía los pies en el aire. Sus hermosos pies descalzos los tenía en el aire, completamente descalzo. Era un momento que tenía que ser grabado para siempre, de hecho saqué mi celular e intenté tomar una foto, pero como vi que era muy obvio mejor no lo hice. Me gustaba tanto porque no movía sus pies para nada y podía apreciarlos súper bien. Tenía que tenerlos ya y correrme.

8. En eso, yo no sé si él se dio cuenta o alguien de la mesa que miraba hacia mí se dio cuenta y le dijo, pero se medio puso las chanclas otra vez y como que me volteó a ver. Yo por una parte me sentí paralizado y al descubierto, pero en ese tiempo aún no le tomaba tanta importancia. De hecho, si me hice tonto un momento y lo dejé de ver pero volví en un segundo. Él seguía medio platicando con sus amigos y medio volteándome a ver de vez en cuando. No sabía exactamente si lo hacía porque me le quedé mirando mucho tiempo o porque llegué a hacer alguna expresión rara, pero si era seguro que él pensaba que lo estaba viboreando.

En eso volviendo a mi mesa, me doy cuenta de que ya acaban de pagar la cuenta y nos tenemos que ir. No quería, quería quedarme y seguir viendo a ese chico y sus hermosos y excitantes pies. Pero no podía decir más así que me fui. Saliendo de Vips fuimos a caminar a una plaza cerca y ya como si nada. De regreso al hotel tuvimos que pasar por el Vips, y que casualidad que justo por una ventana pude ver al chico de espaldas como si fuera a pagar la cuenta con su playera naranja oscuro y con su mochila en la espalda. Realmente tuve que tener a ese chico, ahora lo sé. En fin, él no fue el único que viboreé en esas vacaciones.

FIN

martes, 23 de enero de 2007

MIS MARCAS POR EXCELENCIA

Creo que si voy a escribir relatos eróticos tengo que empezar escribiendo un poco sobre los detalles que se presentarán ahí. No quiero que piensen que nada más soy un obsesionado por la moda, un elitista con la marca de la ropa, ni nada por el estilo. Tampoco piensen que por escribir a detalle algunas cosas no le prestaré atención a otras. De hecho, esto sólo me tomará un par de líneas en una parte pequeña de mis relatos, lo demás será puro éxtasis.

Anyway, les voy a presentar las marcas de ropa, mis favoritas por excelencia, que estarán presentes en mis relatos y les cuente mis experiencias con chicos. Y es que la verdad así como lo describo es en realidad como las traían en ese momento. Es en serio, es lo que traen los chavos de mi edad hoy en día. Y las marcas son:


Y creo que ya tienen una idea de por qué. Digo han visto los outfits de estas marcas, me encanta verlos. Sobre todo por el doble sentido que encuentro en ellos. Increíbles.

jueves, 18 de enero de 2007

¿Quién soy?

¡Hola! Mi nombre es Miguel Acosta y actualmente tengo 18 años. Soy un chico moreno y un poco alto. Soy de Venezuela, vivo en la ciudad de Puerto La Cruz, un hermoso paraíso costero a pesar de ser una ciudad grande.

La razón por la que decidí abrir un blog fue porque hace unos años atrás me empecé a dar cuenta de que además de gustarme las mujeres me comenzaron a atraer un poco los hombres, y a pesar de que yo pensaba que esto iba a ser pasajero, me di cuenta que algunas cosas de aquí donde vivo no eran lo que parecían. Comencé, como todo adolescente, a tener fantasías y sueños húmedos en los que me imaginaba toda clase de cosas excitantes con hombres; pero el factor que realmente me arrastró fue mi FETICHISMO POR LOS PIES DE LOS HOMBRES.

Digamos que a los 12, 13 años uno pasa por la etapa de la curiosidad, especialmente el sexo. Hay ciertas cosas que te llaman la atención, por ejemplo, los pechos o pompas de las mujeres; pero en mi caso fueron los hombres. Aunque hasta hoy en día no entiendo por qué fueron justamente los pies de los hombres lo que me llamaron la atención si estoy seguro de algo, me encantan. Y no sólo eso, me excitan demasiado.

Así que creo que es tiempo de que comparta mis experiencias con ustedes. Les contaré que ciertas cosas que han pasado tal vez sean muy diferentes a las que uno espera, pues es más la excitación que provoca el momento más que el simple hecho de joder con alguien. Tal vez se pregunten por qué el título del blog sea Miei Amici Piedi, les diré, para empezar está en italiano y quiere decir "Mis Amigos Pies". ¿Por qué en italiano? Porque aunque no lo parezca soy de ascendencia italiana ya mi segundo apellido es Baia y porque muchos de mis amici o guidos que verán más adelante también lo son y digamos que vivimos en una especie de comunidad o círculo ítalo-venezolano aquí en Puerto La Cruz. Pero no se preocupen, porque no soy elitista ni nada por el estilo y me llevo súper bien con todos, sin importar su origen o rango social. Es simplemente que nos sentimos orgullosos de nuestra herencia y queremos preservarla de la mejor manera. Ahora, volviendo al tema, lo que verán será algo especial y muy personal, pero es algo que quiero compartir con todos ustedes.

ATTE.

UN COMPLETO ADORADOR DE PIES